Había llegado el día…estaba muy emocionado de
conocerla y compartir con ella, y después de algunos meses de agradables conversaciones
por chat, parecía un deseo cumplido, quizás también un privilegio.
Nos tomamos un café ese día, hablamos muchas
cosas y después, por insistencia de ella, cosa que me pareció extraña, nos tomamos
varias fotos. Todavía más sospechoso me pareció el hecho de que debía subir una
de esas fotos a mis redes sociales. En ese momento accedí sin ningún problema,
sin saber la verdadera intención detrás de eso. Pasó el día y digamos que “todo
salió bien”.
Recuerdo que en conversaciones antes de
conocernos me preguntaba si tenia novia y si ella no se pondría celosa si un día
nos vemos para conocernos, a lo que siempre le respondía que no tenia novia en ese
momento. Ahí meses mas tarde me di cuenta de que quizás la intención de las fotos
y subirlas a las redes era causar problemas y “celos” con la supuesta novia que
yo pudiera tener.
Nos vimos varias veces más; a pesar de que su actitud
me parecía extraña desde el primer día, estaba algo ciego y muy encantado por
ella. Me parecía tan hermosa, así como cuando veía sus fotos sin haberla conocido
personalmente.
Todo parecía a mi favor. Ya a varios días de conocerla
la había besado y sentía mucha confianza en mi por lo que había “logrado”. Ya más
adelante vendría el conocer su verdadero yo, la parte más oscura de su ser. Obviamente,
todos tenemos luces y sombras.
Transcurridos varios meses después de conocerla
personalmente, recuerdo como hablaba de su trabajo. Me decía que tenia un buen
puesto, que era la mejor en lo que hacia y que era algo así como insustituible
en su rol, partiendo también de que era la segunda más alta después de su jefe.
No pensé nada malo sobre eso en principio; me parecía que era alguien muy dedicada
al trabajo y se había ganado el estar en su posición.
Lo que empezó a parecerme más extraño aun era
como hablaba y se jactaba de lo atractiva y codiciada que era para muchos
hombres. Empecé a notar esa necesidad excesiva de admiración constante y aprobación
de los demás. Era para ella un orgullo decir y hablar de todos los mensajes privados
y comentarios que recibía cada vez que subía alguna foto a Instagram u otra red
social, por ejemplo.
Seguían transcurriendo los meses, yo seguía tratándola,
me seguía gustando mucho y yo a ella. Empecé a notar señales de peligro con sus
celos en exceso y egoísmo. Hasta cualquier interacción en redes sociales con
alguien de mi sexo opuesto era un motivo para causarle disgusto y que me reprochara
por eso. Me dejaba entredicho que yo no podía hablar con nadie más, pero ella sí.
Al gustarme tanto, dejaba pasar esas
cosas. Sí, lo sé, fui estúpido.
Recuerdo como en varias ocasiones de alguna discusión
ella siempre “tenía la razón”. Era imposible que aceptara si se equivocaba con
algo y en su táctica de manipulación, pretendía hacer que nada era su culpa
sino mía o de alguien más. Hacer sentir culpable al otro y hasta pretender
victimizarse.
Su forma de manipular al parecer no tenía límite.
acompañado de querer dominar algo así como “las cosas se deben hacer a mi
manera, cuando yo quiera, y si no es así entonces me molesto mucho y tú tienes
la culpa.” Lo que parecía un sueño cumplido al principio por el hecho de pensar
que ella era mía, se volvía más y más una pesadilla; una decepción profunda.
Su falta de empatía era algo que en cierta forma me
frustraba. Jamás vi que le interesara como me sentía ni como muchas de sus
palabras eran de alguien sin la más mínima consideración y valoración.
Llegué a la conclusión de que ella debía tener algún
problema de personalidad. Era difícil para mí imaginar como alguien que a mi
parecer era tan bella y me gustaba tanto podría estar tan dañada por el exceso
de vanidad, la incapacidad de reconocer sus propios errores, el complejo de
superioridad, la manipulación, el egoísmo, los celos malsanos, la carencia de empatía,
y la necesidad de admiración excesiva. Todo esto combinado eran los ingredientes
de una personalidad destructiva y vacía que soporté por mas de un año. Jamás había
tratado a alguien así del sexo opuesto.
Pasado un tiempo ya sin tratarla ni hablarle, y
resignado a saber que probablemente nunca cambiará, me topé con un artículo (en
inglés) que alguien había compartido en Facebook acerca de la personalidad narcisista.
Me pareció interesante y al darle clic y leerlo, me sorprendió como el
contenido del artículo encajaba en casi todo lo que conocí de ella. La respuesta
que andaba buscando del porqué de su forma de ser al parecer había llegado. Aunque
no soy psicólogo ni tengo un diagnóstico sobre su personalidad, a veces me sigo
preguntando si… ¿Será narcisista?